domingo, 21 de febrero de 2010

Las noches son hermosas. Hay de esas noches en las cuales un beso no es suficiente, o su posterior caricia, uña, mano. De hecho, esas son las que intento postergar, y postergar, un poco más.
Debe haber aquí más de uno que prefiera la noche fría y sola, o la fría pero no tan sola.
Las primeras son las que más van conmigo. Me gusta sentirme sola, poco triste y taciturna porque después la compañía suele ser más deliciosa que en los otros casos.

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