- ¿y tú quién eres?
- Me llamo Diurno. Como nocturno, pero lo contrario.
- No me importa, ya vete.
- ¿Por qué?
- Porque lo digo yo. Y yo mando.
- Ah, ya, Mando, hubieras comenzado por tu nombre.
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Cuando uno tiene lágrimas y no ojos.
1 comentario:
...y le dijo el gato al ratón: ese perro no sabe si mover la cola o sonreir.
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